Dicen que para hacer las cosas se necesita tener una motivación, un propósito, un objetivo y sobre todo ganas y mucha pasión, hacia dias que no escribía, no tenía ninguna de las características antes mencionadas, sin embargo este fin de semana han ocurrido una serie de acontecimientos que me han hecho reflexionar y tomar parte, es decir pasar a la acción en lo que a mi me compete y de lo que de mi depende.
Es muy triste, ciertamente, muy desagradable ver como te vuelcas en dar a las personas lo mejor de ti y darte cuenta que por otro lado, alguna parte de la sociedad tira por tierra todos tus esfuerzos.
Me voy a poner como ejemplo, a mi me encanta el deporte, lo he practicado desde que era pequeño, en concreto el fútbol, como no, también he sido entrenador y este deporte me encanta, actualmente lo sigo practicando los fines de semana con los amigos, el año pasado lo deje, porque tenia algunos conflictos dentro del campo por mi forma de ser, soy de los que lo da todo y me gusta ser competitivo, algunas veces he de reconocer que me paso de entusiasmo, el caso es que en todos los años que llevo practicando este deporte nadie me ha quitado la ilusión y desde hace años he detectado que hay verdaderos pirómanos de la ilusión, entrenadores de título, ayudantes de banda y padres anónimos, que hacen de lo que tenía que ser una fiesta y pasar un buen rato se convierta en un auténtico calvario.
A todos nos gustaría ser los mejores y que nuestro hijo/hija emulara a las estrellas de cualquier deporte, pero lamentablemente eso es muy pero que muy difícil y estos se equivocan, cometen fallos, toman decisiones incorrectas, todo esto puede pasar, de hecho pasa, pues bien estos formadores algunos de ellos, entrenadores, algunos de ellos, lejos de inculcar valores como el compañerismo, la fraternidad, el esfuerzo y trabajo, que de los errores se aprende, el valor de la victoria y la derrota como gestionarlas, todo lo que rodea a nivel emocional a estos chavales/chavalas que sacrificando horas de estudio van a entrenar con la mejor de sus sonrisas, están haciendo todo lo contrario, están quemando ilusiones, es una auténtica pena.
Jamás en mis años como entrenador he dicho a ninguno de mis jugadores, que no valían, o que habíamos perdido un partido por culpa de uno u otro, como tampoco a mi me dijeron eso, ni oí que a ninguno de mis compañeros se lo dijesen, pues eso pasa actualmente.
¿En qué manos estamos dejando a nuestros hijos?, no se puede generalizar, pero como en todos los colectivos existen personas sin escrúpulos como poca sensibilidad y menos empatía, auténticos quemadores de ilusión, por el bien del deporte debemos denunciar estos comportamiento y no ser cómplices de estas situaciones, por miedo a represalias.
Vuelvo a repetir y además me apetece, haciendo una autocrítica, que quizas no sea el más indicado para escribir esta líneas, seguramente no, pero que a veces pasan cosas que te chirrían, que te remueven, que te hacen salir de la zona de confort y decir que no estás de acuerdo y que vas a empezar por ti mismo a comportarte a ser respetuoso con las reglas y los jugadores, con los entrenadores y que vas a exigir lo mismo para ti.
Si estás o has estado o conoces que alguien que esté sufriendo este tipo de acoso no dudes en denunciarlo, se beneficiaran tus compañeros, el resto de equipos y las entidades deportivas que no creo den amparo a este tipo de personas, es mas deberia de erradicarlos de los organigramas deportivos.
Quién forma a los formadores??? pero eso es otro tema, ¿verdad?
"La ilusión es lo que mueve el mundo que no te la quemen"