En esta vida aparte de trabajar y esforzarse mucho para conseguir las cosas también es importante tener un poquito de suerte, quiero decir que cuando nacemos no podemos elegir y es cuestión del azar tener unos padres u otros.
Personalmente a mi me han tocado los mejores, no lo digo por postureo lo creo de verdad y lo veo en el dia a dia, cuando uno empieza a tener cierta edad, valora mucho más las cosas que hace años.
Pues bien la suerte de caer en una familia con unos padres que educan a sus hijos en valores, compromisos, esfuerzo y todas aquellas cosas que resultan útiles e imprescindibles para el dia a dia, no lo valoraran hasta que no cumplan cierta edad, sin embargo ese legado permanecerá en ellos a lo largo de su existencia tanto para lo bueno como para lo malo.
Tengo ejemplos latentes de chicos que han caído en manos de padres y madres ajenos totalmente a la educación en valores, estos recibirán un ejemplo paterno materno y dependerá de ellos querer cambiar si lo consideran conveniente o dejarse hipnotizar por los cantos de sirena de las vivencias de sus padres.
Por otro lado están los padres que hacen de espejo y ejemplo vivo para que sus vástagos crezcan y se enriquezcan con experiencias vitales que sin duda alguna les harán crecer como persona, en estos es donde quiero poner el foco, sin duda poner todo el esfuerzo en que nuestros hijos sean todo lo que deseen, esta por demas, pero y eso ¿cómo se hace?
En realidad no lo se muy bien, yo mismo a veces soy un auténtico desastre como padre, por eso no pretendo ni mucho menos ser o criticar a nadie simplemente observo y veo lo que sucede a mi alrededor y contarlo me parece una bonita forma de homenajear a todos esos padres y madres abnegados, generosos, pacientes que cuidan de sus hijos dándoles la libertad para que comentan sus propios errores y aprendan de estos.
Todos los padres tenemos ese gen protector o deberíamos tenerlo, que de manera inconsciente nos hace sobre proteger a nuestros hijos privandoles de la más elemental de las reglas, si no dejamos que cometan sus propios errores jamas aprenderan.
Una tutela desde la torre de observación paterna materna, vigilar, no controlar, es dar una buena educación que cuando sean mayores sin duda nos agradecerán.
SI SOBREPROTEGEMOS A NUESTROS HIJOS LES ESTAMOS PRIVANDO DE QUE VIVAN SU VIDA
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